sábado, 22 de octubre de 2016

La libertad de expresión, según el PP


Enorme ha sido la solidaridad mostrada desde el poder a Felipe González y al presidente del grupo PRISA, Juan Luis Cebrián, ante el boicot que sufrieron en la Universidad Autónoma de Madrid. Enternecen especialmente las muestras de condolencias manifestadas por el Partido Popular. La libertad de expresión, dicen, es un derecho democrático insoslayable que no debe ser puesto en duda, la palabra no puede ser cercenada, el debate nunca puede negarse. Y se los oye citar al pobre Voltaire, que no dijo la mitad de las citas que se le atribuyen, incluida esta: Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo. Pero queda bien citarlo porque la frase es contundente, casi incuestionable y además Voltaire era francés, ilustrado y murió hace tantos años que no puede defenderse siquiera de que lo cite el PP.

Pero a pesar de que el PP sufra ocasionalmente estos impulsos democráticos, el subconsciente les vuelve a poner los pies, inmóviles y unidireccionales, en la tierra donde la libertad de expresión tiene límites. Y los límites los ponen ellos. Y el PP de Fuerteventura, ilustrado sea, ha puesto el grito en el cielo porque el Cabildo insular patrocina una charla de Juan Manuel Olarieta Alberdi, un abogado que viene a hablar, qué cosas, sobre el marxismo en la actualidad. Se apresuraron a buscar en las redes (o se lo hicieron llegar desde los servicios policiales con los que están tan conectados) el currículo delictivo del conferenciante.

Pero antes aclaremos que el patrocinio del Cabildo se limita a la edición de unas decenas de carteles anunciadores de la conferencia. Los gastos del traslado, manutención y alojamiento los financia la Asociación Acción Social Obrera conformada por un grupo de entusiastas que han contribuido a que en Fuerteventura podamos escuchar a una amplia y diversa representación de voces críticas de Canarias y allende mares.

Del sesgado currículo que el PP ha incluido en su quejumbrosa nota de prensa para censurar que el Cabildo contribuya con tamaño dispendio a que Olarieta pueda estar en Fuerteventura se advierten dos enormes pecados: Olarieta ha sido detenido varias veces y ha sido abogado defensor habitual en varios procesos que afectaban a miembros de los Grapo. Desconocía que tales circunstancias te inhabilitaran para ejercer como conferenciante, sobre todo, miren ustedes las ideas que uno tiene, porque uno ha terminado por creerse que todas las personas tienen derecho a la tutela judicial efectiva, seas de los Grapo o te llames José Manuel Soria, Luis Bárcenas o Águeda Montelongo.

Precisamente tal derecho es al que se acogió la presidenta del PP de Fuerteventura para defenderse en el denominado caso patronato en el que, recordemos, los residentes de esta isla le pagamos las vacaciones a varios cargos del PP nacional a través de facturas falsas coladas por el Patronato de Turismo. No tuvo a bien entonces el PP majorero criticar que el Cabildo sufragara con nuestro dinero las cuchipandas de altos cargos de su partido. Pero Olarieta viene a hablar sobre el marxismo y no de fiesta y, por lo tanto, a la mierda la libertad de expresión. Y por cierto, en el comunicado del PP censurando que el Cabildo patrocine la charla, se les olvidó mencionar que las detenciones sufridas por Olarieta no han conllevado ninguna condena judicial. Un pequeño detalle sin importancia.

No comparto algunas de las tesis de lo (poco) que he leído de Olarieta. Y mi postureo intelectual no llega al grado de citar la no cita de Voltaire, básicamente porque, como buen cobarde, nunca defenderé hasta la muerte ni ideas, ni banderas, ni patrias. Pero hay que ser extremadamente cínico e hipócrita para defender la libertad de expresión del Señor X y del presidente de un grupo mediático que elogia los golpes de Estado en Latinomérica, y negársela a alguien que ha decidido caminar con sus ideas por los incómodos bordes del sistema.