domingo, 10 de marzo de 2013

La ley del OVNI

(Viñeta de El Roto)

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias  ha anulado unas oposiciones de bomberos convocadas por el Ayuntamiento de La Oliva. Los opositores que las aprobaron conocían las respuestas. Alguien, desde el tribunal de la oposición, había filtrado las contestaciones correctas. El tribunal estaba presidido por la alcaldesa, Claudina Morales, quien, dada su alta capacidad de trabajo, es también diputada autonómica. La alcaldesa, pese a la contundencia de la sentencia, no ha pedido disculpas, no ha presentado su dimisión y todo parece indicar que actuará como presidenta del nuevo tribunal de oposiciones.

Los dieciséis afortunados elegidos que aprobaron la prueba escrita deberían quedar inhabilitados de por vida para ejercer de bomberos, no tanto por conocer las respuestas filtradas por el tribunal, como por el peligro que supone tener una plantilla que cree que existen los OVNIS, cuya presencia en nuestra tierra está regulada por ley. Al preguntarse en el examen cuáles eran las fuentes documentales inspiradoras de la Constitución Española de 1978, los dieciséis elegidos optaron por la opción D, es decir, que todas las anteriores respuestas eran válidas. Las otras respuestas, válidas para el tribunal y los elegidos, eran las siguientes: opción A, la Constitución española de 1931; la opción C, la Declaración Universal de los Derechos Humanos; y la opción B, una increíble ley marciana: la Ley de OVNI de 1949. Increíble pero correcta según el tribunal.

Los duendes cibernéticos actuaron a escondidas del tribunal e hicieron un estropicio tipográfico. Quizás no fueron los duendes, sino energías desconocidas, entes sin dimensión o la propia luz de Mafasca los que habían trastocado la respuesta B: donde apareció la Ley de OVNI debería haber aparecido la Ley de Bonn de 1949, que es como se conoce a la Constitución alemana aprobada aquel año. Eso explica que los dieciséis elegidos y el propio tribunal diera por buena la ley de OVNI como ley inspiradora de la Constitución española, lo cual explicaría, de alguna manera, algunos artículos de la Ley Fundamental, sagrado texto que permite que el Rey pueda cometer cualquier delito sabiendo que nunca podrá ser juzgado, como seguramente haría cualquier dictador de una lejana galaxia. Pero si fuese vecino de La Oliva no dormiría muy tranquilo sabiendo que los bomberos que aprobaron la oposición creen que el tráfico de OVNIs está regulado por ley, y que el tribunal -alcaldesa al frente- piense que si una nave de Andrómeda tiene una avería a la altura de Lajares, puede enviar a los bomberos para que abran la puerta con una pata de cabra para liberar a los extraterrestres atrapados.

La verdad es que es un caso digno de un debate en Cuarto Milenio: los opositores que conocían las respuestas las fallan, pero aprueban; los que no pertenecían al grupo de los elegidos aciertan, pero suspenden. De los dieciséis elegidos que aprobaron fraudulentamente la oposición, trece obtuvieron las plazas convocadas y, a día de hoy, ejercen como bomberos terrestres en La Oliva, aunque crean que la Constitución española la inspiran las leyes de la confederación interplanetaria. La alcaldesa y diputada Claudina Morales también se mantiene en sus puestos aunque, que se sepa, continúa cogiendo el binter  para acudir a las sesiones en el Parlamento canario en vez de subirse a un platillo volante para ahorrarnos costes. El resto del tribunal - funcionarios, concejales, representantes sindicales y técnicos- también permanecen habilitados como personas humanas hasta que no se demuestre que tras sus pieles se esconden lagartos. ¿Estaremos gobernados por marcianos? 

domingo, 3 de marzo de 2013

¡Estás bonito, Casimiro!


En una reciente reunión del Patronato de Espacios Naturales de La Gomera, el presidente del Cabildo (quien también preside el Patronato) perdió los papeles. El representante del colectivo ecologista Tagaragunche, Rubén Martínez Carmona, le solicitó información oficial sobre varios aspectos relacionados con el incendio que asoló La Gomera durante el último verano. Además de negarle la información, Casimiro se despachó entre exabruptos, ofensas y amenazas contando, eso sí, con el silencio temeroso del resto de los asistentes a la reunión. A Casimiro no hay quien le lleve la contraria y controla la isla como un señor feudal. Dispone y reparte prebendas, escribe homilías en la prensa que versan sobre su ombligo y asume poderes plenipotenciarios que convierten a la democracia representativa en un juego de rol: ustedes votan, yo mando. Por todas estas cualidades, por su innegable carisma y su carácter benefactor, a Casimiro le conocen en La Gomera -acólitos y críticos- como Papi. Es, su figura política, una suerte de híbrido entre Jesús Gil y José Luis Baltar, el autodenominado cacique bueno gallego. Y coincide con ellos en algo más que en su (indi) gestión política. Comparte los malos modos, la soberbia, las imputaciones judiciales y el aumento desproporcionado de sus patrimonios personales.

No contento Casimiro con el espectáculo que dio en la reunión del Patronato, emitió un comunicado fiel a su personalidad política: falaz, difamatorio, capcioso. El comunicado empezaba pidiendo disculpas, por si he ofendido, para, acto seguido... seguir ofendiendo. Cuestiona, el cacique bueno y nuestro, el posicionamiento ético del representante ecologista en su vida personal y profesional. Hasta ahí llega la bajeza moral de un personaje, caricatura de sí mismo. Pero también es un signo inequívoco de que este hombre no ha entendido lo que significa democracia, siendo capaz de -en su calidad de presidente del Cabildo- emitir un comunicado difamador contra una persona que simplemente le ha solicitado información. Insiste, Casimiro, en que Rubén va en contra de todo lo que no sea su doctrina.

Rubén es profesor, un excelente profesor que lleva ejerciendo la docencia durante más de veinte años en la isla de La Gomera. Rubén imparte clases de Geografía y de Historia y probablemente tiene el récord canario de alumnos y alumnas que, gracias a su influencia como profesor, han decidido cursar estudios superiores en esas materias, tan desprestigiadas por los medios y el poder. Pero, más que mencionar sus virtudes, sería conveniente centrarse en lo que no es, en lo que no hace.

Por ejemplo, Rubén, que se sepa, nunca ha sido detenido en un prostíbulo, ni en Madrid, ni en ningún sitio, como le sucedió a Casimiro siendo senador del Reino. Su doctrina -es decir, sus principios- le impide comercializar con el cuerpo femenino, tratar a la mujer como un objeto sexual, contratar un servicio ilegal para colmar sus impulsos genitales. Debe ser porque, además de principios, tiene cerebro y en su cerebro no habita la desconsideración permanente hacia las mujeres que suelen ejercer los hombres que pagan por consumir carne femenina, como si compraran carne en la carnicería.

Rubén, que se sepa, no está imputado ni está siendo investigado por varios delitos, como Casimiro. Debe ser que su doctrina le impide mezclarse en asuntos ilegales, aprovecharse de su condición de autoridad pública, pensar que está por encima del bien y el mal. Es más, seguro que sabe que hay cosas que están bien y cosas que están mal, algo que debe desconocer Casimiro a tenor de tantas causas que tiene abiertas en los juzgados.

Rubén, que se sepa, nunca ha detenido a nadie en contra de su voluntad, como hizo Casimiro siendo alcalde de la Villa de San Sebastián, delito por el que fue condenado. En su doctrina, al contrario que en la de Casimiro, no cabe privarle, nada más ni nada menos, la libertad a un ser humano. En aquel momento, en los inicios de su fulgurante carrera en la política corrupta, Casimiro ya dejaba salir a pasear, de cuando en cuando, al sheriff que ya le parasitaba en su interior.

Rubén, que se sepa, no ha engordado su patrimonio personal como si fabricara el dinero y los inmuebles en las cloacas de una institución. Aquí ya no es tanto un asunto de doctrina, aunque bien pudiera, porque, aunque le cueste entenderlo a Casimiro con sus ojos de Tío Gilito, hay personas que no necesitan acumular bienes, ni hacer ostentación permanente de la desigualdad que encumbren, ni  se dejan arrastrar por la codicia que estimula el poder. Aquí, el asunto es que con un sueldo de profesor difícilmente se pueden acumular siete viviendas repartidas en La Gomera, en Tenerife y en Madrid, nueve garajes, cuatro locales comerciales. Difícilmente puede adquirir 12.999 participaciones, valoradas en 485.394 euros, en Lameros del Barranco SL, una sociedad mercantil propietaria de unos terrenos urbanizables situados en el plan parcial del mismo nombre, en la villa de San Sebastián de La Gomera. Tampoco, que se sepa, Rubén ha recibido 96.450 euros en imposiciones bancarias en efectivo no justificadas. Cosa que Casimiro, gracias a su doctrina, ha logrado con su solo sueldo de animal político, aumentando el valor de su patrimonio en trece años desde los 364.000 euros a los más de dos millones, según consta en el informe de la Unidad de Delitos Urbanísticos de Santa Cruz de Tenerife.

En fin, que, como hemos visto, está bonito Casimiro para dar lecciones de ética. Rubén no es el primero de los damnificados por los modos dictatoriales del virrey de La Gomera, pero sí el último, de momento. Vaya por delante nuestra solidaridad con Rubén y con cualquier persona que sufre la persecución y la difamación por ejercer la crítica democrática hacia el poder. Habrá que armarse de doctrina y de paciencia porque  a cada heredero ideológico de Hernán Peraza le llegará su hora, y a cada cochino, su san Martín.