jueves, 27 de septiembre de 2012

Un río de mierda

El Ayuntamiento de Puerto del Rosario impulsa desde hace un tiempo una magnífica campaña publicitaria denominada Apadrina un árbol. En su información pública el Ayuntamiento presume de haber recibido dos veces la Escoba de Plata, otras dos veces la Bandera Verde y el prestigioso, aseguran, Premio Ciudad Sostenible. Las instituciones y los medios de persuasión cuentan una realidad contraria a la realidad existente. No tenemos ni idea de cuáles son los organismos que conceden estas distinciones pero con toda seguridad nunca han estado en la capital de Fuerteventura y, muchos menos, en sus espacios naturales.

El barranco de Río Cabras tiene su nacimiento en la cabecera del pueblo de Casillas del Ángel aunque es a partir de Tesjuates cuando el barranco se profundiza. Su nombre, registrado desde hace siglos, hace mención al caudal permanente de agua que discurre por su cauce, incluso en años maldecidos por la sequía, como el actual. Su aprovechamiento también ha sido histórico. Poblados y manifestaciones rupestres preeuropeas recorren las lomas y los cuchillos que le dan amparo. Y algunos acuerdos del Antiguo Cabildo también testimonian su importancia: la fuente de Río Cabras debía de ser limpiada (por los vecinos de la banda de Guize) cada ocho días. Era de obligado cumplimiento y se condenaba con multas y hasta días de cárcel a quienes se inhibieran. La fuente de Río Cabras estaba dividida en compartimientos llamados cajas, una para los camellos, otra para las cabras y ovejas, otra para las yeguas, otra para las vacas y otra para las personas. La labor de mantenimiento era especialmente importante entre los meses de abril y junio quedando preparada para la sed del verano. Su importancia queda también constatada porque en 1899 se creó la sociedad La Esperanza para la explotación y aprovechamiento de sus aguas. 

Con posterioridad se construyeron varias represas y presas en su cauce que hoy, colmatadas por las tierras de arrastre, quedan como humedales donde especies migratorias y autóctonas encuentran un ecosistema ideal para descansar, nidificar y cazar. Un lugar privilegiado para la observación de aves donde los guirres, las aguilillas, los cernícalos y los cuervos comparten espacio con las cigüeñuelas, las fochas, los tarros canelos, las garzas, los camachuelos trompeteros o las lavanderas. 


Cuando se tomaron estas fotografías (febrero de 2012) el cauce del barranco y algunas de sus laderas estaban colmatadas de basura, sobre todo de bolsas de plástico. Se puso en conocimiento de las  autoridades municipales y se nos aseguró que se pondría solución. A día de hoy la situación es peor y el espectáculo que ofrece el tramo medio e inferior del barranco es, como pueden comprobar en las siguientes fotografías, lamentable, vergonzoso, insalubre, nauseabundo: un río de mierda. 

Más lamentable es saber que la basura ha llegado hasta allí procedente del vertedero de Zurita al que algún iluminado en títulos pomposos bautizó, ni más ni menos, como Complejo Medioambiental. Es decir, usted se toma la molestia de separar sus residuos y los deposita en el contenedor correspondiente. Alguien, que además hace negocio con sus residuos, los lleva al vertedero y una parte nada insignificante de sus corchos, cartones y sobre todo plásticos, acaban en el fondo del barranco. La concienciación ciudadana es inversamente proporcional a la gestión institucional. La Escoba de Plata la podrían utilizar para barrer el barranco y sus miserias.

Pero, en honor a la verdad, hay que reconocerle a las instituciones su interés por mantener limpio ese espacio natural. En algún momento del pasado se tomaron la molestia de limpiar parte del barranco. Seguramente para que conste su ímproba labor dejaron varios sacos con basuras a la sombra de los tarajales. Así que solicitaremos formalmente al Ayuntamiento que nos conceda el privilegio de apadrinar este ejemplar, un extraordinario tarajal de cuyas ramas y raíces nacen plásticos con la misma facilidad con que la política local recibe premios medioambientales. 


domingo, 16 de septiembre de 2012

Fuerteventura: Reserva de Red Eléctrica

Red Eléctrica Española (REE) presentó en marzo un proyecto para la instalación de una nueva Línea -aérea- de Alta Tensión (132kv) que uniría la subestación de Puerto del Rosario con la de Gran Tarajal. Se trata de la primera fase de un monumental y desastroso proyecto que cruzaría la isla de norte a sur, desde Corralejo a Matas Blancas en el municipio de Pájara. Básicamente, el proyecto consiste en la instalación de más de 300 torres de hasta cincuenta metros de altura a lo largo de sus más de 100 kilómetros de extensión, atravesando cinco de los seis municipios majoreros (Betancuria escapa por los pelos), por suelo rústico de incuestionable valor paisajístico y, en algunos tramos, cercanas a lugares poblados. La empresa solicita, al mismo tiempo, que el proyecto sea declarado de interés general por el Gobierno de Canarias y su justificación, en palabras de la compañía, vendría dada "como consecuencia del elevado crecimiento de la demanda (se supone que eléctrica) de Fuerteventura".

Una extraña compañía

La REE es una empresa singular y extraña, no es ni pública ni privada al mismo tiempo que es privada y pública. Como empresa privada tiene accionistas y cotiza en bolsa, pero como empresa pública tiene el monopolio español para el transporte de energía, el Estado tiene una participación del 20% (a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) y su presidente y consejeros son elegidos en virtud de su militancia política. Entre julio de 2004 y marzo de 2012 fue su presidente Luis Atienza, socialista y ex ministro de Agricultura con Felipe González. En la actualidad es José Folgado quien, hasta su designación como presidente de REE, era alcalde por el Partido Popular del municipio madrileño de Tres Cantos y que con anterioridad fue secretario de Estado -entre 1996 y 2004- con José María Aznar.

Su extraña conformación, por tanto, la hace temible: busca los mayores beneficios para sus accionistas como empresa privada y tiene el amparo político y administrativo -a través de su régimen monopolístico y de su dirección militante- del Estado. Solo conociendo ese vínculo, a través del cual el Estado trabaja para la rentabilidad de la empresa privada, se puede entender la inaudita gestión que del proyecto está haciendo la Vicenconsejería de Industria del Gobierno de Canarias. Sirva como ejemplo que las decenas de alegaciones que personas y colectivos de Fuerteventura han presentado contra este atentado social y medioambiental (las alegaciones presentadas, por ejemplo, por la Asociación Vecinal de Tiscamanita "El Tabaibe" fueron acompañas por más de 500 firmas) y dirigidas a la administración competente no están siendo contestadas por esta, la cual, quitándose el muerto de encima, se las ha remitido a la REE, que es la que contesta a las alegaciones ciudadanas. Es como si las alegaciones presentadas a la pretensión de agujerear Tindaya no las contestara el Gobierno de Canarias sino directamente las familias Chillida y Ordóñez.

Una agenda oculta

El proyecto de atravesar Fuerteventura con una nueva línea de Alta Tensión (la actualmente existente de 66kv no desaparecía) no tiene justificación, por lo menos en los términos en que la compañía solicita su declaración de interés general. Es sorprendente que un proyecto de tal magnitud no incorpore ningún dato sobre esa supuesta deficiencia del transporte de energía en la isla. Entre los miles de folios que conforman el expediente solo una frase vacua ("como consecuencia del elevado crecimiento de la demanda") pretende servir como justificación. La frase, además de vacua, es falaz. Según los datos aportados por la propia compañía en su página web, Fuerteventura conoció un descenso del consumo eléctrico del 7'1% entre los años 2007 y 2009 y de un 2'63% entre el año 2009 y el 2010, último año en que la compañía ha hecho públicos los datos del consumo eléctrico insular. Además, recordemos, parte de la producción energética -contaminante- de Fuerteventura se trasvasa mediante conexión submarina a Lanzarote. Fuerteventura, por tanto, produce excedente energético y nada, dada la caída del sector de la construcción en la isla, parece indicar que la demanda pueda aumentar significativamente. Entonces, ¿a qué viene la pretensión de instalar una torreta de 50 metros de altura cada 300 metros a lo largo de la geografía insular? Es más que probable que exista una agenda oculta, escondida a la luz pública. Se sabe de las intenciones de REE de unir, con cable submarino, las islas de Fuerteventura y Gran Canaria y se especula con la posibilidad de que la futura central hidroeléctrica propuesta en las cumbres de Gran Canaria abastezca a Fuerteventura y Lanzarote. Pero también puede ocurrir que Fuerteventura se consolide como el territorio elegido para abastecer con producción convencional a las dos islas.

La instituciones en su laberinto

Pero creamos por un momento en los argumentos de la empresa: Fuerteventura necesita una nueva línea de transporte de alta tensión. Pero, ¿por qué aérea? La respuesta es económica: le sale más barato a la compañía. Y, entre el beneficio empresarial y el beneficio social, no hay color. Es aquí donde REE tiene un problema. El planeamiento territorial insular exige que cualquier nueva línea de transporte debe ser soterrada y anexa a los viarios. El propio Cabildo Insular, en acuerdo plenario aprobado por unanimidad de todos los partidos, ha manifestado su oposición al nuevo trazado aéreo. En igual sentido se han manifestado las corporaciones locales de Antigua, Tuineje y Puerto del Rosario. De ahí que la compañía haya solicitado al Gobierno de Canarias la declaración de interés general, una vieja y repetida argucia para saltarse cualquier condicionante legal que le impida hacer lo que le viene en gana. Está la pelota, por tanto, en el tejado del Gobierno canario.

Uno de los argumentos utilizados por Paulino Rivero para oponerse a las prospecciones petrolíferas en las aguas de Fuerteventura y Lanzarote ha sido que la decisión del ministro Soria y del Gobierno de España pretende ignorar la voluntad popular y los acuerdos de las instituciones locales, insulares y autonómicas. ¿Será coherente ahora el Gobierno de Canarias y respetará la voluntad popular de la ciudadanía majorera, de la legislación vigente y de los acuerdos de las instituciones majoreras?, ¿qué podrán aducir desde el Cabildo majorero si los mismos partidos que forman la mayoría en la institución (CC y PSOE) aprueban la declaración de interés general que solicita la REE al Gobierno de Canarias?

En breve lo sabremos. Pero hasta que esto ocurra es necesaria, una vez más, la movilización ciudadana. Hace algunos años miles de personas se manifestaron en Tenerife contra un proyecto similar que iba a atravesar algunos de los montes y espacios naturales más singulares de aquella isla. En esa ocasión la ciudadanía cogió con el pie cambiado a las instituciones y el proyecto se paralizó. También otra manifestación en Gran Tarajal consiguió paralizar el proyecto de una nueva central térmica en el Valle de Agando. Ante este nuevo proyecto cientos de vecinos y vecinas, afectados directamente por la instalación de las gigantescas torres ya están dando los primeros pasos con la realización de reuniones, presentación de alegaciones y recogidas de firmas. Pero ¿quién no se verá afectado en Fuerteventura por un proyecto que transformará cualquier visión de la isla en un entramado de cables y hierros para que una empresa rentabilice aún más sus enormes beneficios?